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Abierta Mente: Conversaciones con Yoga al Alma


Dec 11, 2018

No existe libertad sin responsabilidad. Cuando niños repetimos a menudo que ¨queríamos ser libres para hacer lo que nos diera la gana”. Sin embargo crecemos y nos damos cuenta de todo lo que implica esa añorada libertad.

Al ser dueños de nuestro destino, automáticamente nos convertimos en dueños de las consecuencias de todo lo que escogemos para nosotros y de la manera como decidimos actuar.

Así pues, es un poco infantil quejarnos de lo que nos pasa, cuando muchas veces obedece a la consecuencia lógica de lo que en nuestro inmenso privilegio de ser libres, elegimos hacer, estudiar, comer, hablar y hasta pensar.

Si bien la responsabilidad es el límite natural de ser libres, muchas veces nos perdemos del gran privilegio de escoger la vida que queremos por miedo. Y esta si que es una tontería pues es un límite autoimpuesto e innecesario.

La próxima vez que te preguntes ¿qué pensarán de mí?, cambia la pregunta por ¿Qué es lo peor que podría pasarme? Y si esto incluye decepcionar a unos cuantos en nombre de tu realización personal, hazlo. Eso sí, recuerda, que todo cuanto se desprenda de esa decisión, es únicamente tuyo.

La libertad es un concepto refinado y especial y corre en una línea delgada entre lo que yo soy y sueño y lo que son y sueñan los demás.

Sé que muchas veces criticamos a los adolescentes por su falta de límites, pero he visto muchos adultos que son bien parecidos en su actuar!

Los invito a oír el podcast ¿Podemos hablar de libertad? Y que me compartan sus conclusiones al respecto.