Oct 21, 2021
Hace muchos años, fuimos tribu. Aldeas abiertas, casas sin puerta, niños corriendo libres. Compartíamos cada momento de la vida con un círculo amplio y hacíamos de los comienzos y los finales, un ritual. Luego, fuimos familias inmensas: 12 hijos, 36 nietos, muchos tíos y primos, compañía, ayuda, abrazos abundantes. No todo en el pasado fue perfecto, pero de estas épocas hay mucho que rescatar, ahora que estamos más aislados y la soledad ha dado paso a una desconexión que nos ha hecho añorar nuevamente el poder sanador de la comunidad.